Una nueva y costosa visión de la educación está tomando forma en Austin, Texas, de la mano de Alpha School, una institución privada que ha colocado la Inteligencia Artificial (IA) como el pilar central de su modelo de enseñanza. Durante las mañanas, los estudiantes abordan materias esenciales como matemáticas, lectura y ciencias a través de programas personalizados impulsados por IA, que ajustan el ritmo y el nivel de dificultad según el desempeño individual del alumno.
En este entorno, los adultos, llamados guías, operan como mentores motivacionales en lugar de maestros tradicionales, percibiendo salarios significativamente altos. «No creo que la IA reemplace a los maestros, sino que trabaja en conjunto con ellos», explicó Luke Phillips, uno de los guías de la institución.
Fundado en 2014 por MacKenzie Price, el modelo educativo de Alpha School busca activamente el equilibrio entre la vanguardia tecnológica y el desarrollo de habilidades prácticas. Mientras la IA se encarga de la instrucción académica personalizada, las tardes se dedican a proyectos, educación financiera y oratoria. Este enfoque, que ya se ha replicado en 16 campus en distintos estados, es defendido por Price, quien afirma que «ofrece una ventaja enorme al permitir que cada estudiante aprenda a su propio ritmo».
A pesar de que Alpha School asegura que sus alumnos se encuentran consistentemente entre el 1% superior en pruebas estandarizadas, el modelo ha suscitado serias críticas dentro del sector educativo. Expertos y líderes gremiales han advertido que la fuerte dependencia de los algoritmos podría afectar negativamente la capacidad de los estudiantes para socializar y desarrollar un pensamiento crítico, planteando además dudas sobre la sostenibilidad de los resultados a largo plazo.
MacKenzie Price se mantiene firme en la defensa de su visión, argumentando que sus guías no se enfocan en enseñar contenido, sino en conectarse individualmente con los estudiantes cada semana para asegurar el desarrollo de habilidades blandas. En medio de un sistema educativo público frecuentemente saturado, la fundadora de Alpha School sostiene que su modelo pretende ser una «inspiración para repensar cómo la tecnología puede humanizar, y no reemplazar, la educación».
Con información de: Actualidad RT
