Caracas, 15 de agosto de 2017.- Diversos países del mundo celebran este martes el centenario del beato Óscar Arnulfo Romero, quien nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios, El Salvador, y el 24 de marzo de 1980 murió por un disparo de un francotirador desconocido mientras oficiaba una misa en la capilla del hospital de cáncer La Divina Providencia.
Según un informe de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas, que investigó las violaciones a derechos humanos durante la guerra salvadoreña (1980-1992), determinó que el exmayor del Ejército y fundador del partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista (Arena), Roberto D’Aubuisson, dio la orden de asesinar a monseñor Romero.
María López, cónsul general de El Salvador en Los Ángeles, indicó que “Romero es el ejemplo más claro de entregar la vida, que es lo más preciado que tiene el ser humano, a favor de los pobres”.
“Fue tratando de darle voz a los ‘sin voz’, a aquellas personas que no podían denunciar, que no podían decir las atrocidades que se estaban viviendo en nuestro país”, agregó la funcionaria.
Ana Grande, directora de la organización comunitaria de la Clínica Monseñor Óscar Romero, manifestó que “el centenario de monseñor representa una festividad de esperanza, de justicia y de amor hacia el prójimo”.
En 2015 el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro, expresó que “Monseñor Romero es la materialización del compromiso más puro con el pueblo. Su apostolado siempre estuvo de la mano con los oprimidos, en un mundo que procuraba esconder la pobreza y renegar de su existencia. Pero su acción concreta, su comprensión militante de la realidad, lo llevó a sacrificar su propia vida, pero jamás dejó de lado a aquellos que necesitaban de su aliento y acción cotidiana”.
Vida y obra
Óscar Arnulfo Romero y Galdámez (Ciudad Barrios, 15 de agosto de 1917 – San Salvador, 24 de marzo de 1980), conocido como monseñor Romero, fue un sacerdote católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980), célebre por su prédica en defensa de los derechos humanos y por haber muerto asesinado durante la celebración de la misa en la capilla del hospital Divina Providencia.
Como arzobispo, denunció en sus homilías dominicales numerosas violaciones de los derechos humanos y manifestó en público su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política de su país.3 Su asesinato provocó la protesta internacional en demanda del respeto a los derechos humanos en El Salvador.
Dentro de la Iglesia católica se lo consideró un obispo que defendía la «opción preferencial por los pobres». En una de sus homilías, afirmó: «La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación» (11 de noviembre de 1977). Sus acciones son admiradas por los seguidores de la teología de la liberación, sin embargo según su biógrafo «Romero no estaba interesado» en ella.
El 24 de marzo de 1990 se dio inicio a la causa de canonización de monseñor Romero. En 1994 se presentó de modo formal la solicitud para su canonización a su sucesor Arturo Rivera y Damas. A partir de ese proceso, monseñor Romero recibió el título de Siervo de Dios.
El 3 de febrero de 2015 fue reconocido como mártir «por odio a la fe» por parte de la Iglesia católica, al ser aprobado por el papa Francisco el decreto de martirio correspondiente y promulgado por la Congregación para las Causas de los Santos.
En América Latina algunos se refieren a él como san Romero de América. Fuera de la Iglesia católica, es honrado por otras denominaciones religiosas de la cristiandad, incluyendo a la Comunión anglicana la cual lo ha incluido en su santoral.
Es uno de los diez mártires del siglo XX representados en las estatuas de la abadía de Westminster, en Londres,1516 y fue nominado al Premio Nobel de la Paz en 1979 mediante la propuesta del Parlamento británico.
El 23 de mayo de 2015 fue beatificado en la plaza Salvador del Mundo y se trata del primer salvadoreño en ser elevado a los altares y el pri
Fuente: Agencia Internacional de noticias EFE Y VTV NOTICIAS
