Apucv: De nada sirve adelantar la navidad sin salario y con ese bono de fin de año - Agencia ONV

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31 oct 2025

Apucv: De nada sirve adelantar la navidad sin salario y con ese bono de fin de año

 


Por:  

José Gregorio Afonso, presidente de la Apucv

Credito: C.punto

31-10-25.-Si era posible que una gota más cayera sobre las profesoras y los profesores universitarios, esa gota cayó en forma de aguinaldo. No solo es que el pago se hará en cuatro partes; es que cada parte es cada vez más pequeña, porque se calcula con base en el salario mínimo de 130 bolívares (menos de un dólar).

«Para nosotros el pago fraccionado y devaluado de la bonificación de fin de año de 2025 es el cenit de la arbitrariedad por parte del gobierno, su expresión máxima. Y, en segundo término, de nada sirve adelantar las navidades a octubre, vía decreto, sin salario y con bonificaciones de fin de año de este tipo, porque cuando así lo hace lo que realmente adelanta es la desdicha», expresa José Gregorio Afonso, presidente de la Apucv.

«Es un hecho muy grave lo ocurrido con esa reivindicación en un contexto de crisis muy difícil», resalta Luis Crespo, vicepresidente de la Asociación de Profesores de la UCV (Apucv). «Para nosotros el aguinaldo era el momento de recibir el resultado del trabajo, con una reivindicación significativa para enfrentar cosas de tu proyecto de vida. La gente lo utilizaba para potenciar sus condiciones de vida en lo material, en lo espiritual, en lo recreativo. La gente mejoraba su vivienda, su línea blanca y su línea marrón, o hacía proyectos de recreación y hasta compromisos de formación académica y profesional. La gente se planificaba para eso».

Pero esto cambió a partir de 2005, según Afonso. «Desde 2005 en adelante solo podemos registrar descenso en nuestra remuneración. Desde que los gobiernos de este siglo han asumido el método de la decisión unilateral sobre las condiciones de trabajo de los profesores. Empezaron los decretos presidenciales en los que se indica qué se aumentaba, cuánto se aumentaba, y se perdieron los procesos de consulta con nuestra federación, la Fapuv, el gobierno nacional y el Consejo Nacional de Universidades».

Como lo rememora, el salario se fue reduciendo hasta el punto de que en el año 2025 «los dos primeros escalafones del sector universitario quedaron por debajo del salario mínimo nacional. Estamos hablando de una época en la que no había sanciones comerciales, no había sanciones financieras. Con el petróleo a 100 dólares los profesores universitarios llegamos a vivir el proceso de deterioro más grande».

Afonso considera que es una política de Estado: «Hemos vivido procesos de hiperinflación en la segunda década de este siglo, pero ya en la primera no bajaba de 30 %. Con tres años sin aumento salarial eran tres años de pérdida del poder adquisitivo. El trato que han recibido las universidades por los gobiernos del siglo XXI ha sido un trato poco feliz, y ha hecho retroceder nuestro sistema de manera importante».

A juicio de Lisbeth Esaá, también directiva de la Apucv, hay «un menosprecio a la actividad que realiza un académico, a lo que pasa un profesor para tener el estatus académico que exige la universidad». Esaá expone que todas y todos «sabíamos que nos iban a dar esto que nos van a ir dando a retazos. Todos lo sabemos. Pero el día que te lo depositan no hay manera de que cambie eso que te genera. ¿Yo no voy a recibir más nada?». Antes había regalos y celebraciones, «y eso no es un pecado, eso es calidad de vida».

Lo que antes era una ventaja, el coincidir en vacaciones las y los docentes con sus hijas e hijos, ahora significa que todos están metidos en la casa. «Los maestros buscan cómo se remedian para atender a esos muchachos que tienen hambre, que quieren comer; y sin pensar que los vas a sacar a nada. Ya esto pasó con el bono vacacional».

Crespo recibió 1.400 bolívares por concepto de primera entrega de aguinaldo. Afonso, unos 1.600 bolívares. «El dólar estaba en ese momento en 189 bolívares, y nuestra cuota no llegó a 10 dólares», estima el economista. La segunda porción, que debe ser pagada este jueves, vale menos, porque son los mismos 1.400 bolívares pero con el dólar BCV en más de 220 bolívares. «En el contexto en el que estamos, de exacerbado aumento del tipo de cambio, una devaluación descontrolada y alta inflación, la última cuota va a tender a cero». Cada vez aumenta más «la precarización de las condiciones de trabajo de los universitarios, que significa la destrucción de nuestras condiciones de trabajo».

Se pasó «de tiempos de calidad de vida, a tiempos en los que el bono vacacional y el aguinaldo se usan para medicinas», reafirma Esáa. La directiva de la Apucv visitó la Facultad de Agronomía de la UCV, en Maracay, «y allí encontramos profesores gestionando; profesores que llevan una vida académica haciendo trabajos de ascenso, concursos de oposición y todo lo que se necesita para estar allí sentado y ser jefe de departamento, o decano, y allí estaban sin luz». Y, a pesar de todas las adversidades, «resiliencia dura. Allí estaban sesionando; se va la luz y siguen sesionando, es ya una rutina de aproximadamente cuatro horas sin luz al día».

Como psicóloga, señala que cualquier otro pueblo estaría «en un estado de depresión insuperable», pero venezolanas y venezolanos «hemos luchado, y seguimos navegando por esas aguas profundas y difíciles, que cada vez se ponen más complejas».

Profesoras y profesores universitarios son ejemplo de voluntad. «Tenemos tantos trabajos como nos sea posible. Me ha tocado hacer algunos estudios al respecto, y 96 % de nuestros profesores recurre a su familia para vivir; a otros trabajos para mantenerse; a desprenderse de activos que van desde apartamentos, carros, prendas de oro; alquilar alguna vivienda», describe Afonso.

Es decir, «a formas distintas al salario para sostenerse. No hace falta mucho para descubrirlo, porque si no existieran formas alternas, no podrían vivir, porque no alcanza para alimentarse más allá de semana y media. Nosotros no mentimos: nuestra tabla salarial es de uno a tres dólares y con base en ella se calculan los beneficios. Por eso la bonificación de fin de año es miserable, porque no se calcula con base en el bono de guerra ni el bono de alimentación».

-¿De cuánto sería si se incluyeran estos bonos?

-Si son 160 dólares esas dos bonificaciones, y son cuatro meses de aguinaldo, serían 640 dólares el mínimo. Eso tendría que estar contemplado- replica Afonso. El gobierno puede decir que no tiene recursos, pero tendría que demostrar los recursos que tiene y empezar a discutir. Por eso decimos que es un problema de arbitrariedad. Nosotros vamos a unas navidades con todo eso, con profesores detenidos y presos arbitrariamente.

-¿Cuántos son?

-Por lo menos ocho. El más reciente es un profesor detenido en Mérida; también la profesora Rocío San Miguel, el profesor Javier Tarazona, el profesor Robert Franco, el profesor Jesús Armas. Unos están detenidos, otros están judicializados, otros siguen con el estigma de la represión y otros han tenido que irse. Tenemos exiliados, como el profesor José Guerra. Por eso decimos que pueden poner las calles bien bonitas, puede poner luces, y al final están tratando de tapar el sol con un dedo, porque lo que hay es una enorme precariedad. Hay naciones que tienen sanciones más severas que las venezolanas y su realidad laboral es superior a la nuestra. La nuestra se está convirtiendo en un caso inédito, casi sin antecedentes en el mundo, donde se está perdiendo el sistema de remuneraciones. Hoy el dólar está en 219 bolívares. Si seguimos así, llegaremos al 15 de diciembre con el salario mínimo en cero. ¿Esto significa que el trabajo perdió valor, que no va a tener remuneración? ¿Toda la legislación que ampara los derechos laborales desaparece? ¿La retroactividad de las prestaciones sociales?

Para algunos profesores la universidad es su vida, destaca Crespo, «y aunque el salario llegue a cero no van a dejar de venir». Otros «asumieron el compromiso por tres horas», mientras «otros tenemos mayores responsabilidades, tenemos la convicción de defender estas universidades para la sociedad venezolana». La realidad, añade el economista, «es que el pluriempleo nos consume con todos sus efectos negativos, porque te llevas el trabajo para tu casa, ya te invadió».

-El gobierno alega que no tiene cómo responder.

-Creo que el gobierno tiene que superarlo, porque cuando publica las cifras de reservas internacionales, de producción petrolera, cuando ves que el presupuesto que se presenta no es el mismo que se ejecuta y hay gastos que sorprenden porque pudieran destinarse a la educación, a la salud, eso es parte del debate- comenta Crespo.

-¿Qué gastos le sorprenden?

-Cuando tienes gastos desproporcionados del gobierno debes revisar. Veamos Plaza Venezuela: todos los días hacen una obra allí. A eso me refiero. Esos son los gastos suntuarios.

-El gobierno habla de un crecimiento económico de 9 %. ¿Eso se compadece con la situación de los profesores?

-El gobierno ha anunciado cinco años de crecimiento económico, lo que es un cambio en la tendencia con la que justificaba que no hay salario. Cambió la tendencia y la justificación es la misma. Aumentaron los ingresos petroleros, aumentaron los ingresos tributarios, dolarizaron la gasolina, aumentaron los precios de los servicios públicos y no quieren hablar de salario. Creo que sí hay una política de desalarización en el país, deliberada. Hay lineamientos, hay estrategia clara. Escuchas a los ministros decir que hay que reconceptualizar el salario. Estuve en discusiones de la mesa de diálogo en las que los ministros decían «hay que reconceptualizar el salario». Y nos atrevimos a decirles que «ni Smith, ni Ricardo, ni Marx se atrevieron a tanto, porque en sus contradicciones los tres reivindicaban el salario».

Profesoras y profesores «han bajado su dedicación», señaló Esaá. Otras y otros se marchan, y Afonso calcula que ese retiro llega a 40 %. «En muchas ocasiones se van profesor full time y vienen profesores part time. Se van profesores con escalafón, que han tenido un proceso de formación». El que trabaje cinco horas gana el mismo bono que el que esté presente todo el tiempo, lo que implica «que no vale la dedicación, no vale la jerarquía, no vale el mérito, no valen las responsabilidades». Aclara, por si acaso, que no es que ganen menos, sino que todos reciban más.

Mas todo esto no arredra a quienes quieren dar clases en las universidades. «Estamos convencidos de que tenemos un papel en la formación de los jóvenes, y al final los jóvenes son el futuro del país porque van a presenciar ese futuro», alega Afonso, y cita a un autor que afirma que los profesores «tienen un ethos muy particular, que no lo tienen los practicantes de otras profesiones, y es el de la libertad».

En la universidad «no tenemos autonomía financiera ni administrativa, la autonomía organizativa se nos lesiona cuando se impiden procesos eleccionarios, la autonomía normativa se viola cuando se nos imponen sentencias de tribunales como las que impiden que la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas pueda abrir concursos de oposición, pero tenemos libertad de cátedra», enfatiza el presidente de la Apucv. «Estamos en nuestros salones siendo fieles a la verdad, porque la ciencia no se subordina al poder y nosotros somos de la ciencia, del pensamiento humanístico, y lo único que lo determina es la verdad, no es el poder. Eso es lo que nos mantiene».

Las y los docentes asumen responsabilidades, una tras otra, como dirigir cátedras o ser tutores de tesis «y lo hacen para preservar la universidad», reivindica Esaá.

«¿Por qué permanecemos en las universidades? La visión de académicos nos permite soñar una sociedad mejor y transformarla. El futuro de este país se construye con investigación y desarrollo», remarca Crespo.

-Hay mucho agradecimiento. Agradecemos mucho lo que nos dio la universidad, que nos permitió una familia y edificar un proyecto de vida- ilustra Afonso. Agradecemos lo que nos dio, nos consolidó como personas, nos abrió nuestro mundo. Es querer darle a la universidad lo que nos dio. Ese es un intangible que tiene tanta fuerza como otros. Al final las tropas van al frente en las guerras no solo con los aprestos objetivos; su fortaleza está en la convicción de que lo que están haciendo es para mejor.

-Un profesor se para en Tierra de Nadie, en la Plaza Cubierta, y se pregunta ¿cómo dejo yo? Ahora cumplo 25 años como docente, ya me podría jubilar, podría decir que me voy. Pero entonces dices «¿y cómo dejas?». Los que trabajan por el país son estos profesionales. Cuando ves el alcance que tiene que cada uno hace, que consideramos que es pequeño, es mucho. Y dices «no me puedo ir»- admite Esaá. Es un arraigo que tienes con la universidad. Es agradecimiento.